Como amas de casa que somos en este relato podemos identificarnos cualquiera de nosotras, os cuento aquí:
Él llegará tranquilamente sobre las ocho, lo encontrará todo dispuesto sobre la cama, se dará una ducha rápida mientras yo voy con el corazón a cien mil, y lo peor será cuando me grite:
¿Quién puede parar en la casa? Siempre hay tanto por hacer, colada, plancha, comida, limpieza no se para, nunca se para ¿cuándo descansa el ama de casa? cuando dice rebeldemente: “hasta aquí, hoy ya no hago nada” y tampoco, que hacer nada no es estar parada.
Terminamos de comer y me dice mi hijo:
“siéntate conmigo a ver esta peli”eso de sentarse resulta un cierto metafórico,porque aprovecho para recojer la ropa de la secadora y aprovecho para doblarla; - ah, se me olvidaba, las macetas de las flores, que he comprado esta mañana en el mercado- salgo al patio y las pongo en agua, me siento unos minutos ¡qué monada de película! muy animada, música de categoría, pero mi cabeza está haciendo planes, podría cargar el lavavajillas y voy adelantando en mi cabeza, mi hijo me llama
”mamá, que te pierdes lo mejor” -”ya voy, hijo, es solo un segundo”
me siento otra vez, pero mi espalda no se deja caer,está tensa; llama mi hija -”que llego en el tren de las seis” - “vale hija, allí estaré”-ahora si que ya no me permito parar, menos mal que la peli va por el final, la termino de ver con mi hijo ( sé que le gusta que veamos las películas juntos) y ya me toca correr, que tenemos cena de amigos a las nuevey para esa hora tendré que estar arreglada; mientras termino de emparejar la ropa recuento de lo que me queda por hacer: plancharme la falda y el chal que me voy a poner, escoger cartera y zapatos, depilarme a fondo, ducharme también, estrenaré la crema corporal que mi amiga Silvia me ha comprado en Londres, maquillarme como no tengo costumbre de hacer, es decir: casi nunca y entre medias, prepararle el traje, camisa y corbata a mi marido.
Él llegará tranquilamente sobre las ocho, lo encontrará todo dispuesto sobre la cama, se dará una ducha rápida mientras yo voy con el corazón a cien mil, y lo peor será cuando me grite:
“Nena, que llegamos tarde…mujer, date prisa, has estado aquí toda la tarde y aún te falta tiempo” Durante un brevísimo instante pensaré: “¿qué hago? ¿lo mato?”pero como estoy acostumbrada “Señor, dame paciencia” haré oídos sordos y bajaré la escalera y espero que abra los ojos como platos y me digo la guapa que estoy porque sino soy capaz de comérmelo con traje y todo.
Habrá valido la pena todo el embrollo, podré por fin descansar ante una mesa magnífica,espero una excelente cena en el Restaurante como cada año, y baile y baile y baile.Esto me compensará de todo el ajetreo y me renovará fuerzas.
Creo que Dios no creó dos sexos pero, hizo un tercero que es el de la sufrida ama de casa que no para, nunca se detiene, ni un día descansa.